Los niños con este diagnóstico tienen severas y crónicas incapacidades en lo social, conductual y comunicacional. Es decir, este tipo de trastorno, les impide relacionarse con normalidad, ya que tienen dificultad en el comportamiento social. Cada niño es diferente, pero algunas de las características comunes pueden ser:
-Socialmente torpe y difícil de manejar en su relación con otros niños y/o adultos
-Socialmente torpe y difícil de manejar en su relación con otros niños y/o adultos
-Ingenuo y crédulo
-A menudo sin conciencia de los sentimientos e intenciones de otros
-Con grandes dificultades para llevar y mantener el ritmo normal de una conversación
-A menudo sin conciencia de los sentimientos e intenciones de otros
-Con grandes dificultades para llevar y mantener el ritmo normal de una conversación
-Se altera fácilmente por cambios en rutinas y transiciones
-Literal en lenguaje y comprensión
-Muy sensible a sonidos fuertes, colores, luces, olores o sabores
-Fijación en un tema u objeto del que pueden llegar a ser auténticos expertos
-Físicamente torpe en deportes
-Incapacidad para hacer o mantener amigos de su misma edad
-Literal en lenguaje y comprensión
-Muy sensible a sonidos fuertes, colores, luces, olores o sabores
-Fijación en un tema u objeto del que pueden llegar a ser auténticos expertos
-Físicamente torpe en deportes
-Incapacidad para hacer o mantener amigos de su misma edad
-No comprenden las habilidades sociales
-No entienden las características pragmáticas del lenguaje y la comunicación
-Comprensión ingenua de la realidad
-Necesitan un porque para cualquier cambio
Estos niños pueden tener:
-Memoria inusual para detalles
-Problemas de sueño o de alimentación
-Problemas para comprender cosas que han oído o leído
-Patrones de lenguaje poco usuales (observaciones objetivas y/o relevantes)
-Hablar en forma extraña o pomposa, es decir utilizando vocabulario bastante elaborado, o con voz muy alta, o monótona
-Tendencia a balancearse, inquietarse o caminar mientras se concentran.
1. Interacción y relaciones
sociales
Puede parecer que algunos
niños con síndrome de Asperger prefieran estar solos a estar en compañía. Es
posible que tengan una gran conciencia de su espacio personal y se muestren
incómodos si alguien se acerca demasiado. Muchos se esfuerzan enormemente por
ser sociables pero cuando se aproximan a los demás lo hacen con torpeza. Puede
que no miren a la persona a la que se acercan o que emitan “señales
equivocadas” por error.
Suelen compensar estas dificultades
comportándose de forma excesivamente formal. Tienen grandes problemas a la hora
de captar indicaciones sobre lo que se espera de ellos en determinadas
situaciones: es posible que se comporten con el director de la escuela de la
misma manera como lo harían con sus amigos o con sus padres. Es también
bastante probable que no sepan solucionar situaciones problemáticas de relación
y que, sin darse cuenta, se comporten de forma antisocial.
2. Comunicación
Los niños con síndrome de
Asperger no comprenden bien los mecanismos de la comunicación, a pesar de tener
un buen desarrollo gramatical y de vocabulario. Puede que no sepan cómo pedir
ayuda o cuándo imponerse. Puede que hablen con voz monótona, con escaso control
sobre el volumen y la entonación. La mayor parte de su conversación gira en
torno a un tema preferido al que vuelven una y otra vez con una monotonía casi
obsesiva. Suelen tener problemas a la hora de entender chistes, giros
idiomáticos y metáforas.
Su lenguaje puede parecer
artificial o pedante. La calidad de su comunicación puede deteriorarse de forma
acusada en situaciones de estrés. La ausencia de expresión facial, la
gesticulación limitada y la malinterpretación del lenguaje corporal de los
demás son otros factores que contribuyen a sus dificultades en la comunicación.
3. Imaginación e inflexibilidad
de pensamiento
Una característica de los
niños con síndrome de Asperger es que sus destrezas para el juego son
limitadas. Normalmente suelen preferir actividades mecánicas como coleccionar,
montar o desmontar. Pueden aprender juegos de representación simbólica pero más
tarde que sus compañeros con su mismo desarrollo. Cuando aprenden estos juegos,
suelen volverse bastante repetitivos. Otros factores que contribuyen a esta
ausencia de flexibilidad de pensamiento son la aversión a los cambios, la
preferencia por las cosas que se repiten y el desarrollo de rutinas y rituales.
Es habitual que las personas
con síndrome de Asperger desarrollen intereses muy intensos en áreas bastante
limitadas y extrañas. Los individuos con este síndrome también tienen problemas
a la hora de “ponerse en el lugar de otras personas” o de ver las cosas desde
otro punto de vista. Se sienten mejor cuando sólo tienen que hacer frente a lo
concreto y predecible.
4. Otras dificultades
Los niños y jóvenes con este
síndrome también presentan problemas con las destrezas del movimiento y
reacciones poco usuales a estímulos sensoriales. Estas últimas, junto a las ya
mencionadas discapacidades básicas, contribuyen a crear un conjunto de
dificultades significativas, especialmente en sus destrezas para el trabajo y
en su vulnerabilidad emocional.
5. Aspectos positivos
Estos niños también pueden
contar con aspectos positivos de importancia considerable, a pesar de sus
dificultades en el ámbito social. Es frecuente que posean una memoria mecánica
excepcionalmente buena; intereses extraordinariamente definidos, aunque limitados;
un léxico extenso; conocimiento o habilidades profundas en las áreas científica
o tecnológica.
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